KENAR, REINO DE
 

Su Alteza Real Lady Nanya Crowlet
 

Capital: Akenar (201.320)
Población: 800.000+
Etnos: 90 % arcanos, 10 % otras.
Recursos: Artesanía, armas, armaduras, lana, lino, telas, hierro, pescado, papel, tintes, moneda.
Idioma
: Común
Escudo: Un Dragón Dorado, un símbolo de gran poder que recuerda que la ciudad fue fundada sobre una antigua guarida de dragones.


 

Akenar es considerado por muchos el más importante y rico de los reinos de los hombres, el centro del mundo conocido. La aparición del reino data del año cero según el cómputo sillenita, que precisamente se inicia con la fundación de la ciudad de Akenar. A lo largo de los siglos sus dominios fueron extendiéndose y en el año 626 DS el Reino de Akenar heredó la condición imperial de la conquistada Vilonia, a la que había derrotado en la llamada Guerra de los Dos Siglos. Tras una larga etapa de prosperidad, a lo largo del siglo XI se sucedieron enormes problemas, una cruenta Guerra Civil entre dos aspirantes al trono imperial, dos guerras con Akgard que devastaron las mejores tierras y mermaron la población y la confianza, así como numerosas invasiones de pueblos bárbaros desde Svardia, los Zarkos y los pueblos hummos. Finalmente, el conflicto secesionista de Atria y la exitosa labor de corrupción interna llevada a cabo por encarnizados enemigos del emperador, entre otras cosas, condujeron a la caída del Imperio en el año 1032 DS. Desde ese año las todas las provincias que dependían de Akenar fueron abandonadas a su suerte y el reino se encerró en sus reducidas fronteras, sufriendo varios decenios de escasez, caos y dudosa estabilidad política. Desde hace unos años hasta el presente el Reino ha ido recuperado cierta hegemonía política y económica en el continente. Su liderazgo religioso posiblemente se ha perdido para siempre puesto que la Iglesia sillenita trasladó hace algunos años el Papado de la Sede Imperial a la lejana isla de Atolón.

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El Reino de Akenar está situado en el centro del continente de Draak, en la orilla oriental del lago Aark. Al norte, el reino linda con el gigantesco Bosque de los Druídas, un inmeso robledal; al este se encuentran las llanuras verdes de La Campiña; al sur, los Feudos Libres de la Arquitania. En total de norte a sur la distancia es de unas doscientas millas, y de este a oeste de uno poco mas de esta misma cifra, aproximadamente. Estas tierras están formadas en su mayor parte por colinas suaves y valles poco profundos con pequeños bosques dispersos, numerosos ríos y algún lago. La isla de Auria ha sido añadida recientemente a los territorios del Reino. Al este de la ciudad se encuentran las Columnas de Dios, gigantescas formaciones cáusticas con numerosas cuevas. Se dice que el lago de Aark era un gigantesco volcán, muchos milenios atrás, y la leyenda dice que la propia ciudad de Akenar está situada sobre un antiguo nido de dragones, aunque algunas ruinas encontradas llevan a pensar que lo que había realmente era un asentamiento élfico anterior a la llegada de los arcanos. El clima es continental suave, con inviernos duros y veranos húmedos.

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La capital es la ciudad de Akenar, que da nombre al reino, y que seguramente es la urbe más poblada de este lado del Orbe con poco más de doscientos mil habitantes. En el reino hay otros dos núcleos urbanos de gran importancia aparte de la capital, que son las ciudades de Prunus, al noroeste, y Crucis, al sudeste. Existen también nueve burgos de menor tamaño e importancia que las ciudades pero de cierta influencia en los condados y feudos colindantes; estos burgos son son Lorenna, Targos, Salbury, Azken Muga, Escávalon, Cambria, Galiac, Gándalar y Halcongrís. Los pobladores de este reino son en su gran mayoría arcanos. El segundo grupo racial del reino son los enanos, que cuentan con varias ciudades importantes en el corazón del Reino, en especial Azken Muga, y con una importante presencia económica y política. También hay numerosos gnolings en los feudos cercanos a la Columnas de Dios. Si bien hay bóvedas élficas en las ciudades, es raro encontrar algún asentamiento de elfos en el reino con la salvedad de en la Marca Umbría, uno de los feudos del sudeste del reino cuyos profundos valles sí albergan alguna villa élfica. De todos modos en la ciudad de Akenar no es raro ver gentes de otras razas, sobre todo svardos, vilonios, ilkos o tresios. Como en tiempos de la guerra con Akgard se establecieron numerosas fortalezas de orcos negros en las cercanías de la ciudad y sus pobladores no las abandonaron al acabar el enfrentamiento, resultó que dichos orcos juraron vasallaje en el año 1080 DS y que ahora son leales a la corona y por lo tanto pueden entrar en la ciudad.

Las leyes de Akenar consideran que la mujer es igual al hombre por derecho natural otorgado por Gah, si bien en la práctica a veces esto no se cumple del todo. A pesar de problemas puntuales, las mujeres tienen el mismo derecho al voto en los gremios y exactamente los mismos derechos hereditarios en las casas nobles. Existe cierta discriminación social con las madres solteras y, sobre todo, con las prostitutas. La Iglesia impone el Celibato a ambos sexos por igual. Algunos pueblos de otras culturas, como por ejemplo los tresios, encuentran chocante esta igualdad y muchas veces obstaculizan el trato con personas de otro sexo.

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En Akenar se habla idioma Común. Los enanos, además, hablan Enano o K'dak o Khuzdûl, como lo llaman ellos, aunque se trata de un idioma secreto que jamás hablan con humanos u otras razas. No es raro escuchar Ilko en el Barrio Tresio. Algunos eruditos hablan Vilonio Antiguo en la Escuela Palatina de Akenar.

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Los arcanos de Akenar son en su gran mayoría sillenitas, es decir, seguidores de Gah, el Dios de la Justicia, también llamado St. Cuthbert en otras tierras. El símbolo de Gah es una cruz arcana (de palo vertical mayor que el horizontal), aunque las órdenes militares representan la banda doble vertical de la cruz. La Cruz representa el mástil del Arca donde Sillevan, el hijo de Gah, salvó a los Justos. La ciudad de Akenar es una de las tres Ciudades Sagradas de los sillenitas, junto a Nevesy (en Vilonia, donde se conserva la Ceniza Sagrada) y Salé (en Carcaigh, donde está la reliquia de la Sábana Santa y la Puerta del Perdón). En Akenar se conservan los restos sagrados del Arca, donde los Justos fueron salvados, y las Sagradas Escrituras originales, donde San Darion escribió lo que Gah le fue transmitiendo en sueños.  

Sin embargo las leyes de Akenar permiten la libertad de culto, de forma que también hay algunos seguidores de los Viejos Dioses, principalmente de Pelor, Kord, Ehlonna, Heironeuss, o Wee Jas. Los seguidores de Pelor tienen el Gran Templo en la ciudad de Targos. La población enana en ocasiones adora a los Dioses del Norte, como Gleind (llamado Moradín por ellos), y los elfos suelen adorar a Corelion y al Panteón Vilonio. El Culto de la Luz tiene muy pocos adeptos en la ciudad y en general está mal visto. Hay alguna sinagoga de Atros en el barrio tresio. Están prohibidos los cultos a Taiia, Diosa de la Paz Eterna, y Assur, Dios de la Guerra, aparte de lo evidente -Reyes Demonio o dioses malvados-.

La Iglesia sillenita en Akenar es la organización con más poder aparte de la Corona. El clero está dividido en grupos Seculares (obispos, clérigos y diáconos) y Regulares (monjes de órdenes religiosas), todos bajo las órdenes de los Obispos, que a su vez están bajo las órdenes de la Corona y del Papa. Hay seis obispados en el reino siendo los dos más importantes el de Akenar y San Alban. Los otros son Ranoya, Kelton, Talamina y Rennes. Aparte de los obispados, la Iglesia cuenta con la Inquisición, que llegó a ser muy poderosa en algunos períodos del Imperio pero que ahora ha perdido gran parte de su influencia; su tarea principal es perseguir la Magia Negra y la corrupción dentro de la Iglesia. El Alto Inquisidor es uno de los miembros del Consejo Real.

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El sistema político es de monarquía feudal no hereditaria por Derecho Divino, otorgado por Gah. El Rey y la Reina están apoyados por dos estamentos con gran poder, la Nobleza y la Iglesia; luego existe una inmensa mayoría de vasallos feudales libres, artesanos urbanos y siervos semi libres. Existe un Círculo de Notables del Reino -como también pasaba en tiempos del Imperio- compuesto por personas que consiguen la condición de Notable de diversas maneras desde la alta Nobleza, ostentar un Obispado o grandes distinciones militares. Cuando los reyes mueren o abdican, es tarea del Círculo de Notables la de nombrar un nuevo monarca. Otto I el Jorobado, que años antes había ostentado el título de Emperador y había desaparecido y dado por muerto, fue elegido por el Círculo de Notables como Rey de Akenar, en el año 1080 DS. Se casó con la Reina Nanya Crowlet al año siguiente. Sin embargo desde el año 1082 DS ella continuó reinando en solitario puesto que Otto I fue declarado loco por el Papa sillenta Octavus I y exiliado a la isla de Atolón. Según la Ley de Akenar, Nanya Crowlet tiene derecho a reinar hasta abdicar o morir. Las debilitadas Casas Nobles de Akenar, pese a todo, no se encontraron con fuerzas para conseguir que la niña abdicase.

La Corona para gobernar se ayuda del Consejo Real, compuesto por el Consejero Real, el Tesorero Real, el Alto Inquisidor, el Primer Caballero, el Cronista Real, el Obispo de Akenar y el Maestre de los Gremios. El Consejero Real es el secretario del rey y se encarga de ejecutar las órdenes de la corona y de aconsejar en tiempos de necesidad. El Tesorero Real se encarga de llevar las arcas del reino y todos los asuntos económicos. El Alto Inquisidor controla la Inquisión. El Primer Caballero es el jefe del ejército real y consejero militar. El Cronista Real se encarga del registro de asuntos importantes para la Corona, este puesto tradicionalmente pertenece a un mago. El Obispo de Akenar es el representante más influyente de la Iglesia en Akenar. El Maestre de los Gremios es el representante de los burgueses de la ciudad y defensor de los intereses de los gremios de artesanos y mercaderes.

En el reino existen dos tipos de condiciones territoriales, la Real y la Feudal. Los lugares de condición Real dependen directamente de la Corona. Los de condición Feudal pertenecen o bien a una casa noble o a la Iglesia. La mayor parte del reino tiene condición feudal.

La Ley Imperial vigente en tiempos del Imperio sigue vigente con pequeñas variaciones. Este sistema legal fue heredado del Derecho Vilonio. Toda persona que se encuentre en territorio de Akenar está sujeto a la Ley Imperial, sin excepción, sea plebeyo, noble o clérigo. La Ley Imperial es un amplio código de normas y derechos que, entre otras cosas, prohíbe la esclavitud (no la servidumbre), protege la justicia y la paz y prohíbe la Ley del Talión -vigente en todos los Mares Tranquilos salvo el Imperio-. Los señores feudales, caballeros y legiones dentro de Akenar están obligados a hacer cumplir la Ley Imperial en los territorios del reino y esto incluye penas de muerte, aunque éstas nunca suelen ser dictadas por los rangos inferiores con capacidad de administrar justicia. En Akenar, además, son muy comunes las penas económicas y el exilio. De hecho -salvo para nobles- no existen prisiones, pues los crímenes se pagan con multas, embargos, trabajo o muerte.

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Akenar es posiblemente el más rico de los reinos del continente debido a su condición de centro comercial y mercantil. Los primeros bancos del Imperio nacieron en la ciudad y la desaparición del mismo no significó una ruptura de los créditos y lazos económicos entre otros lugares y los gremios de Akenar. Las manufacturas también son las más avanzadas del Orbe dando como resultado una importantísima industria de armaduras, armas, utensilios forjados, moneda, telares, algunos instrumentos de precisión como relojes o artilugios de navegación, y recientemente fábricas de papel, imprentas de libros y cañones. Los gremios urbanos con carácter Real están exentos del sistema feudal de impuestos. Los feudos, ya sean de nobles o de la Iglesia, pagan un Diezmo real de todas las ganancias anuales en tiempos de paz, y un Quinto en tiempos de guerra, cuando las necesidades monetarias de la Corona se acrecentan. Los campesinos y siervos pagan impuestos al señor, que generalmente ascienden a un 10-15% en años de paz y hasta un 50% en años de guerra. La esclavitud está prohibida en Akenar. Las ciudades señoriales o eclesiásticas pagan un 5% de impuestos urbanos y están sujetas a portazgos, puentazgos e impuestos varios de almacenamiento.

Los feudos de Akenar son ricos en ganado vacuno y porcino. El cultivo principal es la patata en el interior y el maiz en la zona costera, alternado con centeno y las castañas que provienen de los bosques comunales. El queso, la miel y el pan son muy buenos en la región. Hay producción de vino pero de una calidad cuestionable.

Si bien el trueque aún es posible en Akenar, la moneda de uso corriente es la Luna, la moneda de plata imperial. También es corriente la Corona o moneda de oro imperial, cada una de las cuales equivale a cien Lunas, y el Talán o moneda de cobre, cien de las cuales equivalen a una Luna. Se trata de monedas de 5 gramos de metal.

El reino está extremadamente bien comunicado por tierra debido al enorme trazado de calzadas imperiales que fueron construidas en los siglos pasados, hay numerosos puentes, puertos fluviales y una intensa navegación en el lago Aark que, a través del río Dor comunica el reino con los Mares Tranquilos. Muy recientemente los enanos han inventado un sistema de globos que comunica la ciudad de Azken Muga con Akenar. Desde las Cruzadas los arcanos conocen el misterioso arte de las palomas mensajeras y lo utilizan con normalidad. casi en cualquier castillo se pueden encontrar palomas entrenadas al efecto.

Se ha escuchado que la Orden de Viajeros posee la capacidad de transportarse entre lugares lejanos.

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En las tierras de Akenar existen numerosos castillos viejos y robustos, algunos de gran tamaño y muchos otros de dimensiones reducidas, como bastiones o torreones defensivos. El castillo es el principal elemento de control feudal y a él va siempre asociado una tropa de soldados del señor del lugar. Las ciudades están amuralladas en su mayoría. La propia ciudad de Akenar está protegida por unas formidables murallas de basalto con las famosas Torres de Fuego, emplazamientos con piezas de artillería novedosas manejadas por los misteriosos Piromantes. En cualquier caso la mayor fortaleza del reino es el Castillo de la Tabla, al noreste, la sede de la Orden de la Tabla.

El soldado común arcano suele llevar cota de malla y casco abierto, espada larga y escudo o arco largo. Por regla general son soldados disciplinados que combaten bien, sobre todo si están bien liderados. Los caballeros arcanos son muy valiosos en batalla, una tropa rápida, muy disciplinada y muy bien armada, en algunas ocasiones llegan a portar corazas y yelmos, lanzas o mandobles. En general la caballería de Akenar es uno de los cuerpos de ejércitos más temidos en Draak. Hay también cuerpos de piqueros, arqueros, infantería pesada y ballesteros. Los enanos suelen contar con ingenieros especialistas en asedios y máquinas de guerra.

Todos los feudos cuentan con ejércitos del señor que se suman al Ejército Real en caso de guerra. El Ejército Real heredó la fama y dignidad de las antiguas Legiones Imperiales aunque su número es mucho más reducido, con un contingente de unos tres mil hombres de armas y unos trescientos caballeros en la ciudad de Akenar de forma permanente, aparte de la Guardia, que son unos quinientos hombres. En tiempos de conflicto se contratan mercenarios y se hacen levas feudales para duplicar o triplicar el tamaño de los ejércitos.

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En la actualidad la Reina Nanya está tratando de solidificar los apoyos a la Corona. En tiempos del Imperio existían las Doce Casas, que eran las estirpes nobles más insignes del continente que tenían representantes en la Corte. Hoy en día todo eso desapareció, a pesar de que hay algunas delegaciones de otros reinos en la ciudad de Akenar. Las casas nobles mayores actualmente son los Lake, Espada, Almor y Galiac. Luego existen otras casas menores como la propia Crowlet-Lanara (a pesar de controlar la Corona no es una Casa con numerosos feudos en el reino), Muga, Neville, Wym, Lara, Fría, Bordón o Argaleto, entre otras.

Akenar ha apoyado al lado de Sire Martin de Kent en la Guerra Civil que está sucediendo en el vecino Reino de Atria, siendo este sillenita u oponiéndose a Lady Loretta II, seguidora de la Luz. Esto ha aumentado la enemistad entre ambos reinos, como es normal. Por otro lado el Papa Octavus I está tratando de potenciar sus influencias en el reino lo cual ha creado un sutil enfrentamiento entre la Corona y la Iglesia.

La Reina, heredera de las tierras de Dortoña y la caída ciudad de Áquila, ha mostrado grandes intereses en reconquistar la orilla occidental del Lago Aark.

Es sabido por muchos que varios exploradores y navegantes arcanos enviados por la Corona han descubierto unas tierras lejanas más allá del mar a las que se les ha puesto el nombre de Lundia, en honor a su descubridor Jeremías Lund. Dicho descubrimiento tuvo lugar en el año 1081 DS y por el momento ha significado un cuantioso beneficio económico que sin duda ayudará a consolidar la recuperación del Reino de Akenar tras la caída del Imperio.

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A pesar de que la Escuela Palatina de Akenar cuenta con la mayor biblioteca del mundo conocido, la situación general del Reino es de analfabetismo absoluto. Algo menos de una de cada cien personas sabe leer, y sólo la mitad de esas con cierta soltura. La cultura escrita está sostenida en su mayor parte por la Iglesia, por algunos elementos letrados de la baja nobleza -sobre todo urbana- y por algunos miembros de gremios dedicados a la escribanía y contabilidad. Los gremios enanos, sin embargo, exigen de forma obligatoria un examen de escritura rúnica que derivó desde hace años en la creencia popular -errónea- de que los enanos tienen una memoria indescifrable.

Los trovadores y bardos están muy arraigados en la cultura arcana y suelen viajar entre ciudades y aldeas llevando noticias.

Si bien la magia arcana no está prohibida en el reino, es común cierta desconfianza hacia los que la utilizan. Es bien sabido que ahí donde reside un mago las cosechas suelen ser malas y los niños salen con marcas y taras. A pesar de eso existen algunas casa de la Alianza, que es una asociación de hechiceros y magos que goza de muy mala fama a pesar de ser utilizada por algunos nobles o gente adinerada con problemas que requieren medidas especiales. Aparte de eso en la ciudad de Akenar está la prestigiosa Torre de las Tormentas, donde reside el famoso Giles Wolpe, el mago más famoso de Akenar aunque no el más poderoso (la fama es para Tenser, que también reside en la ciudad aunque no pertenece a la Orden). La hechicera llamada Amelia Nadie, apodada La Araña, reside en Azken Muga.

En el reino es raro encontrar monstruos si uno no se interna en viejas ruinas o subterráneos. En la profundidad de los bosques se puede encontrar con algún troll pero de manera muy rara. Es más peligrosa la posibilidad de encontrarse un oso gris en otoño o primavera o manadas de lobos en las colinas, que son la causa principal de preocupación de los pastores de los feudos. En el lago ocasionalmente desaparece algún pescador y se han empezado a ver algunas bandas de trasgos y algún trolloc proveniente de las viejas tierras de Dortoña, en especial cerca de Prunus.

Dicen las leyendas que uno de los Caminos de los Antiguos se encuentra en algún lugar de las Columnas de Dios. Se trata de unos ancestrales pasadizos mágicos que transportan a los viajeros a otros lugares muy lejanos.

 

 

Un mapa detallado del Reino: aquí.

Un plano de la ciudad de Akenar: aquí.